El otoño ha llegado a nuestras vidas, más bien el “veroño” en algunas de las ciudades españolas, y con esta estación, se ha vuelto a la rutina. Libros, carteras, el café de por la mañana, las prisas, los atascos.. La normalidad ha llegado y con ella, el estrés.

El verano sirve para disfrutar y desconectar, para que así podamos volver a la rutina con una felicidad notable. Los niños dan mucha alegría, pero a menudo también agotan. Por ello, lo más aconsejable es acostumbrarlos a menudo a ir a un campamento, donde disfrutarán como lo que son, niños y así podremos descansar.

Además, separándose de los padres les ayudará en un futuro a tomar decisiones por ellos mismos y a ser más independientes. La edad perfecta para que los más pequeños se aventuren a ello es a partir de los 6 años. Dejarles solos conlleva a confiar en que estarán bien, siempre teniendo en cuenta que estarán bajo la supervisión de varios adultos. Además, aprenderán a convivir con más niños, aprendiendo a guardar bien sus pertenencias.

No obstante, si deseamos evitarlo, podemos agregar etiquetas adhesivas para que todas las prendas estén personalizadas y protegidas en caso de que se extravíen.

Antes de enviar a nuestros pequeños al campamento, debemos observar cómo reaccionan ante la separación de sus padres. Es decir, si tienen problemas al dormir en casa de algún amigo o familiar o, si por el contrario, no tiene reacciones negativas. Asimismo, es importante observar cómo reacciona en el colegio y en cumpleaños, teniendo en cuenta si se relaciona con los demás o se obceca en sí mismo.

La comida es otro de los puntos clave. En un campamento existirá un menú general para todos los niños y ellos deberán adaptarse a él. Es importante haber acostumbrado al menor a comer de todo y adaptarse a que no se puede comer a la carta siempre que desee. En caso de que padezcan algún tipo de alergia es muy importante avisarlo con antelación para que se tomen las medidas oportunas.

Con este tipo de experiencias los niños disfrutarán y, a su vez, madurarán con diversión. La libertad y la compañía de sus compañeros harán que cada verano sea inolvidable y, además, los mayores tendrán más tiempo para relajarse o viajar. El verano que viene no dudes en realizar este tipo de actividad. Ellos te lo agradecerán hoy y mañana.