A todos los amantes de la aventura nos encanta la tirolina. Ese mecanismo por el cual nos deslizamos por una cuerda a gran velocidad para desplazarnos de lo alto de alguna montaña hasta tierra firme. Pero, ¿sabes cuál es el origen de esta actividad tan divertida?

Los italianos fueron los inventores de la tirolina. Su nacimiento se remonta varios siglos atrás, en la región alpina de Tirol, -de ahí su nombre, – en donde los cuerpos del ejército italiano usaban este mecanismo para poder rescatar a los habitantes atrapados en diferentes zonas montañosas. De este modo, podían moverse a gran velocidad por el terreno alpino de la zona, algo que a pie resulta muchísimo más costoso.

Mediante la tirolina se podían recorrer grandes distancias de forma muy veloz, además, se podían salvar todo tipo de desniveles y obstáculos de una manera sencilla. Con el paso de los años, la tirolina fue evolucionando, con un mecanismo más seguro y materiales más resistentes, como la cuerda de cable de acero. De este modo, se comenzó a emplear como actividad de aventura en diferentes parques y lugares de ocio.

Con el paso de los años, la tirolina dejó de formar parte en las tareas de rescate, ya que quedó obsoleta con el invento de aviones y helicópteros especializados en este tipo de misiones. Con la implementación de esta divertida actividad en los parques de multiaventura, se diseñaron arneses de seguridad y cascos de uso obligatorio.

El mecanismo de una tirolina se basa en un sistema de poleas que apenas se ha modificado desde que se inventó, por lo que mantiene la misma esencia que poseía cuando era utilizada por los militares italianos. Eso sí, los materiales empleados sí que han ido cambiando con el objetivo de maximizar la seguridad en su uso y evitar posibles accidentes.

Para crear una tirolina, se necesitan dos cables que unan los dos puntos a través de los cuales queremos deslizarnos. Además, se necesita un equipo de seguridad compuesto por casco y arnés, además de otros elementos complementarios como guantes y chaleco.

Las tirolinas más veloces del mundo

Actualmente, la tirolina con más altura del mundo se encuentra en Sudáfrica y tiene nada más y nada menos que 280 metros de altura, 2 kilómetros de longitud y una velocidad máxima que puede alcanzarse al deslizarse por ella de 160 kilómetros por hora.

Aun así, la tirolina más veloz se encuentra en Gales, y podríamos alcanzar los 180 kilómetros por hora deslizándonos por ella. También es la segunda con mayor longitud.

Aunque casi todas las tirolinas se encuentran en zonas montañosas, también existen algunas sobre el agua, y que según aquellos que las han probado, es una experiencia más espectacular que la que se vive en las convencionales.